Detalles

ANTOLOGÍA DEL CONTADOR. Por Patricia Paredes Mansilla de Punta Arenas.

Cuando algún futuro colega escoge esta carrera, no es muy común escucharlos decir “quiero ser contador” o “contadora”, y las veces que lo escuchamos les respondemos con una pregunta: ¿“estas realmente seguro”? Y no lo preguntamos porque quizá nos aumente la competencia, sino porque sabemos que esa persona estará siempre ocupada leyendo, estudiando y trabajando.

Recuerdo una frase que escuché al inicio de mis estudios de pregrado, y que se me vino a la mente: “no sabía que existían otros tipos de asientos, solo conocía los que se usan para sentarse”.

Porque aunque muchos no lo crean, SÍ hay que tener vocación. Y hay que tenerla para hacer frente a la incomprensión de ser protagonistas claves del funcionamiento del país. Más allá de lo que nosotros mismos sepamos o queramos admitir, en más de una vez hemos pensado en dedicarnos a otra cosa, pero nuestro sentido de responsabilidad es más grande. Ése sentido que heredamos de nuestros mayores, de nuestros mentores, “los contadores de oficina contable”, del “liceo comercial” o de “la universidad”, donde tuvimos profesores de quienes, a pesar del tiempo transcurrido, aún recordamos su personalidad, sus frases, anécdotas y, cómo no,
sus pruebas.

Sí, tenemos una vocación diferente, difícil de explicar: tenemos apariencia de normalidad, pero somos distintos.

Porque aunque para muchos sea difícil de imaginar, tenemos una vida que atesoramos; detrás de esta vocación hay una familia, esposa o marido, hijos, nietos, etc.

Estamos en tiempos en que la tecnología nos menguó, pero también nos favoreció. A veces veo esos memes, en donde a los contadores nos ven a todos con lentes, encerrados bajo una ruma de papeles y sin vida. 

Amigos y amigas no siempre somos así, también nos damos tiempo de disfrutar de la vida y lo que Dios nos ha regalado. Cada uno con su estilo propio: en motos, en el campo, en la política, en la moda, en la ayuda al prójimo, en las artes, en el diseño, en el deporte, incluso en alta mar, cada uno se desenvuelve en un sinfín de lugares, a veces los menos esperados. Quizás por eso tenemos la capacidad de adaptarnos a muchos escenarios.

Entendemos el teletrabajo, el encierro, la compañía solo del PC, con buena música, café, y varias lecturas. Mezclen todas esas variables con los quehaceres del hogar, y tendrán los múltiples e increíbles roles que todos los contadores ejercen día a día.

Mi mensaje es que, independiente de lo que nos toque hacer aprendamos a hacerlo con una mirada de disfrute, de agradecimiento, de optimismo, de reconocimiento entre nosotros
mismos, de mostrarnos como realmente somos, y como queremos que nos vean, sin transar lo que somos, siempre dentro del marco del respeto.

Sigamos con el desafío diario de marcar presencia a paso firme y, como dice la oración de Magallanes, de Fernando Ferrer “Yo te rezo, Señor, por Magallanes. Yo te pido, mi Dios, por su futuro. Esa orgullosa tierra conquistada. Por caminos que Tú mismo trazaste”.

TOP